Comenzamos preparando la masa del pan que rodea el queso camembert. Disolvemos 10 g de levadura seca en 260 ml de leche tibia, removemos y dejamos reposar 5 minutos. Echamos 550 g de harina de trigo en el bol del robot, 40 g de azúcar moreno y 10 g de sal. Removemos con el accesorio de gancho amasador. Ponemos una marcha lenta y vamos añadiendo 110 g de aceite de oliva virgen extra, variedad “Arbequina”, si no podéis conseguir esta variedad podéis echarle aceite de girasol. Seguimos con 110 ml de agua y por último la leche que teníamos con la levadura reservada. Amasamos a velocidad media-baja hasta conseguir una masa fina, ligeramente pegajosa pero que se trabaja bien. En total unos 10 minutos de amasado. Dejamos reposar 20 minutos en el bol tapado.
Mientras la masa reposa preparamos el siguiente paso. Quitamos el envoltorio del queso camembert. Colocamos el queso en el centro de una bandeja de horno con papel vegetal. Hacemos un par de cortes a la corteza, machacamos un par de dientes de ajo y los metemos en las ranuras que acabamos de hacer. Reservamos.
Pasados los 20 minutos de reposo, espolvoreamos un poco de harina en la mesa de trabajo. Volcamos la masa y la porcionamos en trozos más o menos iguales. Los voleamos y vamos colocando alrededor del queso camembert, dejando espacio tanto con respecto al queso como entre bola y bola. Pensad que luego tiene que levar y se acabarán juntando. Tapamos con un trapo limpio y dejamos reposar durante 1 hora.
Pasado el tiempo horneamos con el horno precalentado a 200 ºC calor arriba-abajo. De entrada lo vamos a hornear 10 minutos. Mientras tanto, mezclamos semillas de sésamo tostado y negro para decorar. A los 10 minutos pintamos todas las bolitas con aceite de oliva, espolvoreamos las semillas que habíamos mezclado y volvemos a hornear 15 minutos más. En total, 25 minutos de horneado. Una vez horneado, pintamos nuevamente con aceite y echamos sal en escamas.